Las aventuras de Zahra. Las pinturas de Kondoa
Roldán Calzado, Antonio Javier Cuando la tierra y el cielo se separaron, el dios se dio cuenta de que el pasto para sus animales había quedado en la tierra, por lo que eligió a los masais para que los cuidaran en su nombre. Por eso los masais son los dueños de todos los rebaños de África y gozan de la protección directa de Ngai a través de esos espíritus que les acompañan hasta el día de su muerte.
Aquella noche Tumake percibe el regreso del guardián más poderoso, el león...